Esperando a Ada: el final, el principio


Ya solo quedan unos días...

Han pasado ya casi nueve meses desde que empezó esta bonita aventura de ser padre por primera vez y esto llega a su fin. Quizás cambiar el esperando a Ada por un diario de Ada, como una manera de contar las vivencias de un padre primerizo, quién sabe. Ha sido una etapa muy bonita, a veces con mucho miedo, otras con dulzura y alegría y, por qué negarlo, con momentos difíciles. Una etapa que termina para dar paso a otra.

El balance hasta ahora ha sido muy positivo, a pesar del esfuerzo con el que todos se han empeñado en recordarme que cuando llegue Ada al mundo mis noches de sueño se irán a vivir su vida. Incluso recordando las discusiones y los enfados, que al final ayudan a solucionar problemas si saben gestionarse correctamente. Es una experiencia que vale la pena, si quieres tener hijos, claro.

Ahora que ya está acabando esta etapa, este final ya escrito, solo queda la desesperación del que espera. Porque ya no queda nada, ya está todo listo y solo queda el deseo y las ganas de que el tiempo se comprima. Que llegue el día en el que pueda ver por primera vez a mi hija, sentir sus manos apretando mis dedos, tocar su pequeños pies, ver sus ojos abrirse por vez primera a la luz del sol. Sé que más allá de la poesía que encierra cada uno en su interior y con la que ve el mundo hay una realidad menos hermosa. Sé que habrá noches de insomnio, cansancio, pañales, paseos y una necesidad de atención permanente y absorbente que hará que tenga ganas de coger las cosas y marcharme. Pero todo eso palidece ante una sonrisa, una mirada o un gesto.

Lo que viene detrás a partir de ahora también encerrará de todo, cosas buenas y malas, momentos de frustración y de felicidad, pero es el compromiso que adquiere uno cuando toma ésta decisión. Ahora toca aprender a ser padre.

Fin de la entrada.

1 comentario (+¿añadir los tuyos?)

  1. Martin
    Nov 08, 2011 @ 12:38:41

    Muy bueno macho! pueden ser tiempos complicados, pero con sus sonrisa, su miradas,… es la mejor experiencia de vida, sin lugar a dudas. Te deseo mucha suerte y ya verás que nos es para tanto, al final duermen un montón…
    Martín

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